a) Introducción
La riqueza de Navarra y la amplitud y variedad de su geografía la convierten en una auténtica despensa.
Desde las tierras de la Navarra Media, hasta las huertas ribereñas del Ebro, las posibilidades gastronómicas de Navarra pasan por las carnes rojas y los quesos de nuestras montañas, las setas, la caza, la pesca y la matanza del cerdo que nos da la popular chistorra.
Sangüesa, por su situación geográfica en la Navarra Media junto a la ribera del Aragón, y por su clima mediterráneo, cuenta con una variopinta y sabrosa cocina que se inicia en primavera con los productos de la huerta, siendo las «menestras» su plato más conocido, para seguir en agosto de la mano de las alubias de grano fresco, llamadas en Navarra «Pochas» y de las que Sangüesa cuenta con las famosas «Pochas de Sangüesa», un riquísimo plato en el que se degusta la buena mano de nuestra cocina.
Platos típicos de Navarra como el «Cordero al Chilindrón», el «Chuletón», las «Setas de Robellón», la «Trucha a la Navarra» o el «Bacalao al Ajoarriero» forman parte de esta variada cocina que día a día se presenta ante las mesas de los restaurantes de Sangüesa.
Tierra de olivos, la zona de Sangüesa produce excelentes aceites con los que cocinar o condimentar sus platos.
En una mesa no debe faltar un vino de la «Baja Montaña» con Denominación de Origen Navarra. Los vinos navarros se han hecho famosos gracias a sus rosados, obtenidos de un rápido prensado de uva tinta, fundamentalmente garnacha, que produce vinos ligeros, afrutados, aromáticos y sabrosos. Sin embargo, los tintos ocupan cada día un papel más preponderante, gracias a la mejora en los métodos de elaboración. Son vinos equilibrados, con crianza en barrica, y muy atractivos por su relación calidad-precio.
Una pieza de fruta de nuestras riberas, un trozo de queso o una cuajada de la montaña, nueces o frutos secos, son un complemento ideal como postre de nuestra mesa. Si bien, podrían optar por la repostería y pastelería de nuestra tierra, turrones, tortas de txantxingorri y de aceite, virutas de San José, glorias y huesos de santo como recuerdo del sabor de Sangüesa.
Y como punto final un buen digestivo para nuestra comida, el «Patxarán» de Navarra.
Un amplio y variado menú se abre ante los visitantes que quieran degustar nuestra gastronomía.