Ayuntamiento Sangüesa / Zangozako Udala

05 de marzo de 2023

Hacia el 8M: Gloria Martínez y Reyes Rodrigo

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Hablamos hoy con dos vecinas de Sangüesa testigos y parte de la transformación de la ciudad con el desarrollo industrial y la incorporación de la mujer al mundo laboral: Gloria Martínez y Reyes Rodrigo.

  • ¿Era habitual que las mujeres trabajaran a mediados del siglo XX?

La mayoría de mujeres de Sangüesa iban a Pamplona a trabajar como camareras, a ayudar en casas… A Francia también iba gente…

  • Las que os quedasteis en el pueblo visteis en las Guasch una oportunidad.

Gloria: Yo empecé en el 72 a trabajar con 22 años.

Reyes: Yo estuve en la sastrería de los 14 a los 18. Y con esa edad empecé en la Guasch y estuve hasta los 45 que es cuando cerró.

Gloria: Entonces primero empezamos en lo que era donde era el mercado, aquí se instalaron las máquinas en la parte de abajo y arriba, que es donde hoy en día está el centro parroquial. Y ya hacia finales del año 72 empezó a funcionar la nave. Entonces empezaban a trabajar ya con 16 años con autorización paterna. En algunas casas había hasta 2 o 3 hermanas que trabajaban, entonces eso en la economía del hogar se notaba mucho. En ese momento fue cuando se empezaron a arreglar las casas, calefacción, baños… Pienso yo que entonces nadie se quedaba con el sueldo sino que la mayoría lo aportaba a la familia sin pensarlo.

Reyes: Había gente de todos los pueblos, Gabarderal, Liédena, Cáseda, Aibar (las dejaban en el cruce), Sos, Rocaforte (bajaban andando)…

  • ¿Ahí os conocisteis?

Reyes: nosotras nos conocíamos del Tele Club.

  • ¿Qué es el Tele Club?

Gloria: Se llamaba Tele Club Apadul, el Gobierno te daba un dinero, venía del Departamento de Turismo. Se preparaba un local que en nuestro caso era el centro parroquial y te regalaban un televisor, un proyector…. Ahí nos reuníamos los jóvenes y hacíamos distintas actividades. Yo recuerdo hacer un curso de monitores del Tele Club con Fermín Iriarte y Tere Osés. Durante un fin de semana en Pamplona con personas de varios pueblos, ahí conocí a los del Tele Club de Aibar y pueblos de alrededor. Nos dieron una serie de nociones de lo que se podía hacer en esos locales.

  • ¿Y preparabais actividades para los miembros o para el público en general?

Organizábamos conciertos, cine fórum, teatros para todo el pueblo. De conciertos vino la Orquesta Santa Cecilia que estuvo tocando en San Salvador. Luego también colaboramos la primera vez que se organizó lo de las almadías, aunque no lo organizáramos nosotros colaboramos con diferentes cosas que se hacían en el pueblo. Incluso llegamos a hacer un desfile de ropa con niños en Cantolagua.

Reyes: lo primero organizamos fue lo de las luces de navidad. En fiestas hacíamos el día de los ancianos.

Gloria: empezamos a hacerlo en la Casa de Cultura porque colaboraban con nosotros Javier Beunza y la Riki. Como estaba en Turismo ella era el enlace. Le dábamos el presupuesto de lo que íbamos a organizar. Y abonaban algo.

  • ¿Se trataba de actividades culturales o festivas únicamente?

Reyes: No, no, también hemos colaborado con Anfas, por ejemplo, sobre todo en sus inicios, cuando estaba en el Centro Parroquial, hasta que se hizo el taller. Primero se hizo el taller de Tasubinsa y después de unos años la casa.

Al estar la fábrica de Guasch en la calle del Mercado, que estuvo 4 años, pasábamos todas delante de la oficina de Turismo donde estaba Riki y ella nos decía: “oye hay que hacer tal cosa”. Unas fiestas no había gente para servir la comida de la Merindad y fuimos 6-8 personas a servir, que entonces se hacía en el colegio de La Inmaculada. A través de la Riki colaborábamos en cosas así.

  • ¿Eran cosas que hasta entonces no se estaban haciendo?

Gloria: la Casa de Cultura por ejemplo sí que organizaba varias cosas por su cuenta. Y si hacía falta se echaba una mano.

  • ¿Cuántas personas eran miembros del Tele Club?

Gloria: Había bastantes socios, unos cincuenta, no recuerdo si pagábamos alguna cuota. Eso duró muchos años. Además éramos gente de todo tipo, muy distintos pero con muy buen ambiente.

Reyes: Otra de las cosas eran las misas de juventud que se hacían en Capuchinos iba mucha gente.

Gloria: Un grupo íbamos a cantar y otros tocaban la guitarra.

Reyes: también había cine de los frailes, era un lugar de encuentro.

Gloria: al colegio de los frailes también íbamos los domingos, en la Avenida de Aragón a jugar al parchís, a las cartas…

  • ¿Alguna anécdota?

Gloria: Por ejemplo cuando se trajo lo de las almadías nos vimos muy contentos.

Reyes: se comió en el claustro de los frailes y ayudamos a preparar la comida y a servirla, por lo menos vinieron 400 personas.

Sería el año 73 o 74, fue algo muy bonito y que tuvo mucha repercusión en el pueblo. A muchos no nos había tocado ver nunca almadías, Fue un gran espectáculo.

  • Fueron también los comienzos de la Casa de Cultura…

Reyes: recuerdo que uno de los primeros conciertos que organizaron en San Salvador fue Amancio Prada.

Gloria: Se colaboraba en todo, ya no como Tele Club sino que como éramos personas comprometidas teníamos esa costumbre de ayudar. Salías de trabajar y tenías una reunión o tenías que ir a algún sitio, desde casa nos apoyaban y podíamos hacerlo sin problemas porque en casa no teníamos que hacer nada. En la cabalgata empezamos a colaborar como Tele Club y en el Misterio también hemos colaborado en el 73-74 pero ahí ya no como grupo sino que íbamos nosotras el día que sacaban los trajes, a vestir y maquillar a los reyes. Entonces era en el colegio.

Reyes: al estar el Tele Club al principio era un punto de encuentro y de cantera gente para ayudar. La mayoría de las que estábamos en la fábrica éramos solteras, los padres eran jóvenes, entonces no teníamos muchas obligaciones.

Gloria: Jesús, mi marido, también fue durante muchos años presidente del Teleclub, también estaban las hermanas Tejada, Josefina Jiménez, Miguel Ángel Ventura, Luis Javier Carlos… Eso al principio, pero no recuerdo cómo se acabó el Teleclub. Seguramente cuando se acabó el Ministerio de Turismo, había también Teleclub en Aibar, en Petilla de Aragón…

Reyes: si estuviera la Riki aquí…

Gloria: sí, tenía mucha memoria.

  • Entre el trabajo y el Tele Club os quedaría poco tiempo libre…

Gloria: Pues también ayudábamos en un grupo llamado La Legión de María. Nos reuníamos todas las semanas en el centro parroquial. Había dos grupos: las juveniles y las más mayores. Jesús Lacasia, el párroco de Santa María y Juan Cruz Labeaga conocían las necesidades del pueblo y nos indicaban. Nosotras dábamos compañía o hacíamos algún recado para familias y personas que necesitaban ayuda. Íbamos por parejas y teníamos asignada una casa a la que ir. Yo recuerdo que iba a una casa con Josefina Jiménez que la señora no sabía leer y nosotras le enseñábamos a leer. Íbamos a las reuniones a la semana siguiente e informábamos de lo que hacíamos.  A la semana siguiente nos volvían a mandar a la casa, casi siempre nos mandaban a la misma casa.

Reyes: También hicimos una merienda en Reyes y nos dieron dinero para comprar algún regalo para los niños de familias de pocos ingresos. También íbamos a visitar a las monjas de San Nicolás. En lo que podías, ayudabas en la casa que te tocaba. Entonces no había servicios sociales.

Gloria: No dábamos mucho, no podías ayudar económicamente pero dábamos compañía, si necesitaban algo ayudabas.

Reyes: Eso funcionó mucho. A la residencia también solíamos ir un día a la semana a pasar un rato haciendo compañía, entonces solamente había 8-10 residentes. También colaborábamos con los scout, para el primer Olentzero. En fiestas un día se dedicaba a un partido de pelota. Los pelotaris venían gratis y lo que se recaudaba era para Anfas.

  • Reyes y Gloria lo que mejor recuerdan son las sensaciones de todos esos momentos.

Gloria: tuvimos una juventud muy rica porque te juntabas con gente diversa y comprometida, pasábamos buenos ratos.

Reyes: se hacía grupo rápido. Las que trabajábamos ahí comentábamos a las demás a ver si podían venir a ayudar o que se pasaran por la oficina de la Riki…

  • La Riki era como el grupo de Whatsapp

Gloria: ella realizaba las llamadas. Yo recuerdo esos ratos con cariño y como algo muy positivo. Había mucho compañerismo, ganas de hacer cosas para el pueblo. El problema solía ser que nos faltaba liquidez pero nos las arreglábamos.

Reyes: una vez la Riki nos preparó una excursión a Palma. Había gente de todo tipo: jóvenes, matrimonios, matrimonios con hijos. Fueron las mejores vacaciones. También estuvimos en Madrid, viendo el Escorial, Aranjuez…

Gloria: nosotras éramos pioneras porque antes la gente no solía salir de vacaciones. Cuando empezamos a trabajar fuimos guardando un poco de dinero y nos fuimos a un camping a Valencia. Eso era una novedad, con 22 años no habías ido a ningún sitio y menos sin la familia.

Reyes: También la Riki organizó una excursión para pasar el día en Sant Palais. Comimos en el campo de futbol, entonces no era una visita oficial, sino que acompañamos a la Riki. Luego vinieron ellos 3 o 4 veces. Después surgió el hermanamiento.

  • Y ¿continuasteis mucho tiempo con actividades de este tipo?

Gloria: yo aún después de casada he seguido colaborando con distintas entidades.

Reyes: más tarde también participé en los cursos de teatro o de maquillaje teatral organizados cuando Juana Marco era la coordinadora cultural que terminaban con la representación de la obra. Colaboré en la Pastorela y en los Autos y Teatros de temas religiosos que preparaba Pedro Sola. Y en el musical de Annia dirigido por Bruno Jiménez…

Gloria: seguimos en activo, no tanto como antes pero sí.

Reyes: lo que pasa es que ahora ya es todo como a través de las instituciones, mas dirigido, más profesional

Gloria: antes éramos aprendices y disfrutabas haciendo esas cosas. Era una manera de emplear nuestro tiempo y de aprender también, mucho. Sobre todo el motor era la Riki.

Reyes: ella era la que gestionaba, la que tenía contactos de grupos o sabía con quien hablar o cómo conseguir subvenciones de la Administración…

Gloria: los que queríamos organizar algo acudíamos a ella.

Reyes: en aquellos tiempos no era como lo que conocemos ahora.

Eran, efectivamente, otros tiempos que aunque cercanos nuevas generaciones de sangüesinos y sangüesinas no hemos conocido. Por eso es una suerte escuchar a nuestras vecinas narrar, en primera persona, su experiencia, sus recuerdos y comprobar como nuestra ciudad, se ha ido construyendo, también, gracias al trabajo desinteresado de sus mujeres.

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