RESTAURADOS CINCO LIENZOS DE PERSONAJES RELEVANTES DE SANGÜESA ENTRE LOS SIGLOS XVII A XIX.
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Las obras han sido instaladas en el Sobreclaustro del Convento del Carmen con carácter permanente con el objetivo de que puedan ser visitados por todo el público que lo desee.
En 2013 el Ayuntamiento, tras solicitar un informe al Servicio de Patrimonio Histórico del Gobierno de Navarra para valorar el estado de conservación de diversos bienes muebles de propiedad municipal, inició una serie de intervenciones con el objetivo de conservar y recuperar aquellos bienes muebles que pudieran tener un interés tanto artístico como histórico para la ciudad. La restauración de los lienzos, promovida y financiada por el Ayuntamiento de Sangüesa/Zangoza, fue adjudicada al taller de conservación y restauración ERPA.
Los obras restauradas representan a Fray Raimundo Sos y Lumbier (Sangüesa 1616-Zaragoza 1691), a Fermín de Lubián y Sos (Sangüesa 1689 – Pamplona 1770) a Doña Fermina de Ripalda y Vidarre, fundadora en 1824 del colegio de las Hijas de la Caridad y fallecida en 1835, y a un Prior, cuyo nombre no es legible en el lienzo, si bien sí se sabe que fue realizado en el mismo momento y lugar que el de Fray Raimundo y que pertenece a algún prior natural de Sangüesa y contemporáneo de este último.
Raimundo Sos y Lumbier, fue Religioso de la Orden del Carmelo, doctor de Teología en la Universidad de Zaragoza, donde enseñó toda su vida además de ocupar importantes cargos como la de Predicador, Examinador sinodal, calificador del Santo Oficio y de la Inquisición. Fue también Prior del desaparecido Convento de San José de Zaragoza, Visitador y reformador de la provincia carmelitana catalana y predicador de los reyes Felipe IV y Carlos II.
Fermin de Lubian y Sos fue elegido Canónigo de la Seo de Pamplona en 1716 y Prior por el cabildo de 1746 a 1756. fué consultado en temas de derecho por la misma Curia Romana y se conservan escritos en la actualidad en la Catedral y crónicas escritas por él dada su afición a la historia de Navarra. Fue enterrado en la Cripta de la capilla Barbazana donde descansan sus restos en la actualidad.
La restauración de los lienzos ha conseguido frenar los procesos de degradación, mostrándolos más cercanos a su aspecto inicial.